Hilda García
24/08/2012 - 12:02 am
A “La Maestra”, con cariño
Elba Esther Gordillo, la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, declaró esta semana durante una entrevista en Radio Fórmula que será en octubre cuando el Congreso nacional de esta organización decida si se va o se queda en esa posición. A pesar de que reconoció estar reflexionando esa posibilidad, señaló: “No es […]
Elba Esther Gordillo, la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, declaró esta semana durante una entrevista en Radio Fórmula que será en octubre cuando el Congreso nacional de esta organización decida si se va o se queda en esa posición.
A pesar de que reconoció estar reflexionando esa posibilidad, señaló: “No es una petición que tenga que venir de una multitud. Hay un Congreso, que es un órgano de gobierno que me obliga por el propio estatuto, que no es renunciable en términos de responsabilidad y de compromiso personal (…) yo no puedo decir renuncio y me voy”.
Claro que puede tomar la decisión y si hay parte de toda una multitud que podría querer su salida, pero respetando los protocolos esperemos por el Congreso.
Desde 1989, Elba Esther es la lideresa vitalicia del sindicato. Muchos ayeres han pasado desde que la heredera de Carlos Jonguitud Barrios tomara el poder del sindicato. Muchos políticos, muchas administraciones, pero quizá lo peor es que muchas generaciones también.
Al menos 20 generaciones de estudiantes que no han recibido la educación o la atención que merecían porque sus maestros no tienen la preparación o las condiciones de las escuelas no son las más adecuadas. Y esto no sólo por hablar de comunidades alejadas del desarrollo o en zonas que consideramos rurales que no habrían de tener tampoco distinción alguna. Y ya no hablemos de sistemas pedagógicos para niños con capacidades especiales o que requieren educación especializada. Prácticamente son nulas las escuelas para ellos.
Y si bien ella no ha sido la única responsable, sí tiene una gran influencia con medios de comunicación y políticos, además de la meramente sindical en el bajo nivel educativo del país.
Con Emilio Azcárraga Jean lanzó el programa “Todo Mundo Cree que sabe” en Televisa, fundó su partido el PANAL, se le ha ligado al triunfo de Felipe Calderón en el 2006 y eso tan sólo por mencionar detalles. Pues más que encontrarse ligada a los maestros o a las necesidades de los alumnos, pareciera estar ligada al poder.
¿Cuántos de nosotros no hemos tenido un maestro o maestra a los que recordamos por sus enseñanzas? Sí. Todos tenemos el ejemplo de un profe, de la miss, o del teacher.
Tengo varios que han sido modelo de trabajo, de preparación y de casi apostolado por hacer que las diferentes generaciones de estudiantes que pasan por sus aulas aprendan a investigar, a debatir, a abrirse un camino en el ámbito profesional. Unos lo son desde preescolar, otros en la licenciatura, en la Maestría o hasta en el mismo trabajo. Muchos de ellos han tenido que prepararse por su cuenta, adquirir capacitación y materiales, también por su cuenta.
Lo que no se puede entender es cómo habiendo tantos miles y miles como ellos, el país siga con ínfimos niveles de calidad educativa, con nulos niveles de lectoría de libros al año, que los salarios para los maestros sigan siendo tan bajos y que el aparato productivo nacional no encuentre los profesionales que requiere para tener inventiva, creatividad y aliento para mejorar la calidad.
Apenas esta semana, Gordillo reconoció que el presidente Felipe Calderón Hinojosa cumplió con su responsabilidad. Sin embargo, añadió que es necesario emprender la transformación a fondo del sistema educativo nacional.
Ello, dijo, “teniendo claro que lo que se ha hecho quizá no ha sido suficiente”, debido a “la velocidad a la que se producen los cambios”.
Y es cierto, ella misma ha dado en la clave. Es más que necesario porque la persona que lidera el sindicato más grande de América Latina con una de las responsabilidades más importantes para nuestro país, no puede ser la misma ahora.
La gente ha cambiado, la tecnología ha evolucionado, los parámetros de educación y de obtención de información se han transformado y ella sigue haciendo lo mismo que desde 1989. Es tiempo de transformar la educación si queremos que el país avance.
Ella misma lo ha dicho, cambios que deben hacerse “buscando nuevos detonadores del proceso educativo, más dinámicos, más audaces, más creativos y descentralizados”.
La profesora que lidera a los maestros no puede ser aquella que cada vez que lee en una presentación se equivoque al nombrar la influenza H1N1 y confundir el número uno con una L cuando hasta el cansancio se repitió la nueva nominación. Tampoco aquella que se enreda con una rifa de Hummers para los maestros cuando no hay recursos para construir mejores escuelas, o la que al iniciar un ciclo escolar cometa errores porque no sabe leer y diga “2 mil 35 mil docentes”, y peor aún aquella a la que se le deslice la blusa para mostrar más anatomía que biología y matemáticas.
Ella ya lo afirmó. Deben buscarse nuevos detonadores del proceso educativo…
¿Será que quien llegue a la Presidencia decida romper con ella el equilibrio de poder en el sector educativo y busque el verdadero desarrollo de México a través de la educación?
No sé si en la multitud somos “2 mil 35 mil” que queremos un cambio educativo, pero ya es momento de que ella misma y su congreso lo reflexionen. Ya es tiempo de cambiar si queremos que nuestra sociedad recupere su crecimiento educativo y económico en un marco de civismo.
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